Las Reformas y el rol de los Medios de Comunicación

Escrito por el julio 30, 2019

Las Reformas y el rol de los Medios de Comunicación.

Wilfredo Alemany

A manera de Introducción.

Los cambios que se han producido en el mundo en los últimos años han implicado una redefinición del rol cumplido por una serie de instituciones nacidas en la sociedad contemporánea.

Las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y los Medios de Comunicación han venido a ocupar un lugar mucho más activo y protagónico al tiempo que la iglesia católica desde la cúspide del Vaticano asume un papel más crítico frente a las injusticias y a los poderes terrenales, acercándose en algunos casos a lo que antes era sólo un discurso de la llamada iglesia de base.

Es fácil percibir que las Fuerzas Armadas han dejado de tener el papel preponderante que tuvieron en el período de la Guerra Fría. En fin, los cambios han sido tales que hoy parece ser más importante tener un amigo periodista o un amigo banquero que un padrino militar.

Dentro de las transformaciones apuntadas quizás los Medios de Comunicación serían los que tendrían una mayor base de expansión dados los profundos cambios tecnológicos que en ese campo se han operado.

No obstante la evidencia de los cambios, sería conveniente hacer determinadas precisiones que establezcan en términos operativos la dimensión de los mismos. Algunas reflexiones hijas de la observación sobre el comportamiento de los Medios de Comunicación frente a las reclamadas Reformas que desde hace algún tiempo se debaten en la sociedad dominicana.

Pienso que no sería ocioso exponer también algunas ideas generales acerca de los Medios de Comunicación para de esta forma contextualiza más juicios sobre el tema.

Me parece que en ningún caso debemos busca una única conducta en los Medios de Comunicación. Sería erróneo considerar que la similitud técnica presupone igualdad de criterios en lo que respecta algunos aspectos importantes de la vida pública de un país.

En una sociedad más o menos democrática los Medios de Comunicación, salvo coyunturas excepcionales, expresarán entre otras cosas la diversidad de dicha sociedad.

Al igual que otras entidades, los Medios de Comunicación sólo se unifican cuando algún factor externo amenaza sus cimientos o cuando determinado reclamos de la sociedad se convierten en corrientes de opinión avasallantes.

Esto último acontece en momentos de sacudimientos políticos y sociales donde las corrientes de cambios literalmente aplastan las resistencias conservadoras.

En esas circunstancias, los Medios de Comunicación que no expresen las corrientes de cambios reclamadas por las mayorías pueden correr la misma suerte que otras instancias de la sociedad, defensoras del status.

En estos momentos de definiciones fundamentales se pondrá de manifiesto a qué intereses se sirve. Son los momentos donde se puede perder el crédito público. Y es que ningún Medio de Comunicación puede reinvindicar que está asumiendo la defensa de intereses particulares.

Asumiría los Medios de Comunicación como canales de información y análisis, pero atravesados por los mismos conflictos, intereses, vicios y virtudes de una sociedad dada. Digo atravesados por que tampoco se puede considerar que éstos sólo reflejan lo que acontece en la sociedad. En los Medios de Comunicación se procesa la información y se transmiten juicios y valores que al fin contienen la percepción de quienes los formulan.

Pienso que deberíamos igualmente considerar las limitaciones de los Medios de Comunicación en cuanto a si influyen de manera determinante en la toma de decisiones. Tanto en las relativas a cuestiones públicas como en la relativa a la inducción al consumo de mercancías y/o servicios.

No pocos conceden poderes extraordinarios a los Medios, sin embargo, soy de los que considera que existe una mediación de los grupos primarios que filtran, aún sea de manera subliminal, los mensajes que reciben a través de la televisión, la radio o la prensa escrita.

Serían las actitudes adquiridas de antemano, las referidas instancias primarias, las que organizan la información dando su rango respectivo e induciendo la toma de decisiones.

Reforcemos esta hipótesis recordando que a toda prensa democrática precede, por lo regular, un movimiento democrático en la sociedad. Antes de existir una prensa crítica, combativa y aguerrida existe un movimiento social y político que le sirve de impulso y de soporte.

Se puede recordar que el control absoluto de los Medios de Comunicación por parte de regímenes totalitarios de izquierda y derecha no ha impedido en su momento el desmoronamiento de las ideologías pretendidamente inoculadas por informaciones y propaganda en una sola dirección (aunque en este caso también se desmorona la tesis de que las instancias primarias serían las decisivas para instituir la conciencia porque estas también estaban tomadas por el Estado).

Las Reformas y el rol de los Medios de Comunicación.

Se dice que somos uno de los país es con mayor número de diarios, estaciones de radio y canales de televisión del hemisferio. Esto puede verse como un síntoma de pluralismo informativo y de libertad de expresión y puede que así sea. Pero al mismo tiempo esta situación expresa la falta de representatividad de los Medios existentes de las opiniones y creencias de las clases sociales fundamentales.

Cuando no existen proyectos más o menos definidos de las clases fundamentales de la sociedad cada grupo de interés siente la necesidad de tener su propio medio para defender sus propias ideas y para tratar de influir con éstas al resto de la sociedad.

Entonces el concepto derivado de esta situación sería, más que pluralidad, atomización. Esta atomización de la sociedad dominicana se pone de manifiesto en cada oportunidad que hay que elegir la directiva de alguna Organización profesional, gremial y hasta empresarial.

En estos momentos sale a relucir la falta de una cultura democrática. La ausencia de identidades en cuestiones elementales propias incluso de intereses simplemente corporativos.

Esta atomización dificulta la conformación de una corriente más o menos sólida en favor de las Reformas.

Esto ligado a la vocación corruptora de los que detentan el poder se combina con los bajos salarios que se paga a los periodistas, obligando a éstos a multiemplearse, alejando de esta forma la posibilidad de que periodistas con inquietudes intelectuales laboren en los Medios .

Como podrá colegirse el cuadro presentado dificulta l a articulación de una opinión pública favorable a los cambios.

Podría decirse que en la conformación de la plantilla de trabajo de la mayoría de los Medios ha primado más un 
interés de ahorro de recurso por parte de los propietarios de dichas empresas que el de integrar un staff profesional mínimamente preparado.

En las últimas dos décadas, la existencia de fuertes movimientos políticos dotaba a los Medios de Comunicación de jóvenes con inquietudes intelectuales y políticas, que aún mal pagos, se sentían como «intelectuales orgánicos» de proyectos que entendían como transformadores.

Sin que esto sea visto como una apelación nostálgica que evoque el concepto de que el «tiempo pasado fue mejor «, lo cierto es que hoy se hace didicil estructurar un pensamiento crítico en los Medios de Comunicación.

El telón de fondo de esta situación es la profunda descomposición moral y la crisis de la Política como articuladora de las ideas de transformación

Esta crisis se pone de manifiesto, además, en la ausencia de un pensamiento empresarial que trascienda los límites del corporativismo y que busque articular las transformaciones que la sociedad necesite.

El empresariado cuando se ha decidido a luchar por cambios lo ha hecho reduciendo el discurso e impulsando cambio sectoriales, principalmente los que tienen que ver con la economía. No ha entendido que las reformas económicas tienen poco efecto sin transformaciones jurídico-politicas.

El rezago del empresariado unido al poco peso de los intelectuales y de las academias debilita la lucha por las Reformas en los medios de comunicación.

No quiero decir que el tema de la Reforma está ausente de los Medios de Comunicación, pero este no es sistemático. No es una corriente. La agenda de los Medios privilegia la denuncia no la Reforma. La falta de una élite intelectual en los Medios reduce el debate a la simple denuncia. La ausencia de una reflexión profunda sobre nuestros problemas que permite transcender los simplismos agendados por la politiquería son serios obstáculos a un impulso vigoroso de la Reforma.


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