“Putin: ¿nostalgia o locura?”

Escrito por el abril 4, 2014

Publicado en Listín Diario en fecha 4 de Abril 2014, Sección Puntos de Vista.

 

“Putin: ¿Nostalgia o locura?”

Wilfredo Alemany

Los recientes acontecimientos en Ucrania y que han desatado lo que ya muchos llaman otra Guerra Fría, preocupan a no pocos en todo el globo.

Particularmente no creo que en rigor podamos hablar de Guerra Fría si comparamos los elementos constitutivos de esta con el mundo de hoy. Lo que hizo que los  victoriosos aliados, de la Segunda Guerra Mundial sorpresivamente terminaran enfrentados, cuando ya se habían silenciado los cañones, se debió  a las diferencias de fondo  entre los dos más importantes aliados, Estados Unidos y la Unión Soviética sobre cómo organizar el mundo después de la victoria.

Esa no es la situación imperante al día de hoy.

La Unión Soviética ya no existe. Y Rusia no es ni por asomo lo que fue aquel estado totalitario aunque aun le quede algo de ese tenebroso sistema. Más bien Rusia busca ser su negación, organizándose como una economía de mercado, con elecciones competidas, multiplicidad de partidos políticos, Medios de Comunicación independientes, e instituciones democráticas de la Sociedad Civil. Rusia además es miembro de la Organización Mundial del Comercio OMC y del Fondo Monetario Internacional entre otras organizaciones globales de las que son miembros los estados. Mantiene además acuerdos de cooperación bilaterales en múltiples disciplinas con las principales naciones del mundo capitalista.

Todas las demás Repúblicas que antes eran parte de la URSS se declararon Estados Independientes e igualmente asumieron  la economía de mercado y muchas de ellas igual que Rusia buscan ampliar su presencia de manera particular en el Mercado Mundial.

Varias de esas repúblicas, han solicitado igual que Ucrania ser parte de la Unión Europea, y 7 de 14 ex repúblicas Soviéticas tienen hoy bases de la OTAN en sus territorios, al  tiempo que mantienen relaciones bilaterales con Rusia.

Ucrania, que en el período soviético era la Republica más importante de la URSS, fue la primera de esas Republicas que clasificó  para ser parte de la Eurozona. Cuando se puso fecha para la entrada de Ucrania en la UE un sector de la elite política de Ucrania y que respondía a Moscú se resistió a dar el paso final, prefiriendo inclinarse hacia la Federación Rusa. El ingreso formal  de Ucrania a la UE se produjo como estaba previsto.  En esos momentos Rusia comenzó a aplicar el plan B que consistía en anexionarse a la Republica de Crimea, que si bien tenía  un estatuto especial de autonomía era parte de Ucrania. En las cuestiones de fondo está claro que no hay diferencias importantes entre Rusia y la Unión Europea. Lo que si puede decirse es que Rusia no favorece que Ucrania y las demás ex Repúblicas Soviéticas se afilien a la zona Euro por su cuenta. Prefería que estas fueran parte de la Federación Rusa para de esa manera ella tener más poder para gestionar su ingreso al club de las grandes potencias donde ya tenía un pie a través del G8.

La reacción de Vladimir Putin al ingreso de Ucrania a la UE no se hizo esperar y sin hacer caso a la advertencia de sanciones por parte de los   Estados Unidos y Europa  convocó  a una reunión especial al parlamento Ruso donde horas después formalizo la anexión de Crimea a Rusia. Consideró  que si Ucrania pasaba a ser parte de la Unión Europea en poco tiempo estaríamos ante un hecho, para él insólito, de  ser invitado a  Sebastopol para saludar a los miembros de la OTAN asentados allí en lugar de la flota soviética.  La toma militar de Crimea, por parte de Rusia, tenía como objetivo evitar eso que describía con notoria nostalgia.

“Ahora yo espero que sean ellos los que vengan a visitarme a mí en Sebastopol”.

Hay que entender lo que significaba para este hombre, salido de  la temida KGB, la policía política de aquel régimen totalitario, lo que estaba narrando.

Si lo de Putin es solo un desahogo a su nostalgia se le pasara pronto sin mayores consecuencias. Si además es una jugada para revertir el golpe a su liderazgo cuando se consumara la entrada de Ucrania en la UE, también puede ser algo entendible.

Pero si lo de Putin es parte de una estrategia de expansión a la usanza de la Rusia de los Zares o de la Unión Soviética estaría entrando a un campo de batalla donde los resultados son previsibles.

Rusia no tiene ninguna posibilidad en la situación actual de salir airoso en una confrontación de NINGÚN TIPO con los Estados Unidos y la Unión Europea. Rusia tiene hoy mucho menos poder que el que tenía la Unión Soviética en el periodo de la Guerra Fría.

Rusia estaría dando un paso equivocado si abandona el camino que ha estado recorriendo desde que se desintegró la URSS, que es el de integrarse sin prisa, aunque sin pausa, al desarrollo de una economía de mercado competitiva, aprovechando los potenciales recursos que tiene.

Para eso debe abandonar la nostalgia que la lleva a mirar al pasado de gloria de la Rusia Zarista. Firmar la anexión de Crimea en el salón Catalina la Grande del Kremlin podrá fortalecerlo internamente, pero da una señal equivocada al mundo que le abrió las puertas para que su país se convirtiera en una sociedad democrática y próspera.

Si olvida que aunque fue invitada a formar parte del grupo de las ocho naciones más ricas e influyentes del mundo, aun sigue siendo un país con el mismo PIB de Italia y con apenas la mitad del índice per-cápita de esta.  Ojalá que tampoco piense que ser  una potencia nuclear le da derecho a violar acuerdos y tratados  con los que se ha comprometido.

Eso sería una locura.

Fuente link: https://listindiario.com/puntos-de-vista/2014/4/4/317162/print


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